Mi amada, donde yo estoy soy Dios, allí es el cielo. Y no hay otro cielo ni otro paraíso sino yo. Estoy en todo lugar. Los cielos y la tierra están llenos de mi gloria. Ahora que tú estás en esa cama, yo también estoy aquí contigo, y no hay lugar que sea vacío de mí.
Lloro por ti y ruego por ti. Mas tus alas serán quebradas, no solamente las cuatro y las seis que tienes, más las doce, y todos los miembros de tu cuerpo serán trillados como hacen con el trigo para sacar el grano.